Hoy se cumplen noventa y nueve años del nacimiento de
Miguel Delibes, sin duda unos de los grandes maestros de la narrativa del siglo
XX. Su dominio de la lengua, la
originalidad de su mundo narrativo y el
dibujo perfecto de sus personajes, han dejado una profunda huella en sus lectores. Coherente con su propia obra
y con su propia vida, consigue transmitir valores universales.
De Delibes se ha escrito mucho, quizá se ha dicho
casi todo lo que se puede decir de un autor de prestigio. Podemos buscar amplia
información en los libros y a través de internet. Pero lo importante es la
experiencia personal de cada uno, lo que a cada lector nos ha transmitido a
través de sus palabras, porque se pueden descubrir bastantes dimensiones de su persona
a través de sus libros.
Delibes es un escritor completísimo y es muy difícil
destacar en él una sola faceta, aunque es destacable su mirada crítica, serena
y compasiva sobre Castilla y sus gentes. Su gran sensibilidad le hacía incapaz
de asumir cualquier injusticia, sobre todo ajena, pero existe siempre en él un
optimismo esperanzador: “ No se ha perdido todo, mientras uno subyace en la
tierra”, nos dice en su novela Aún es de
día. Su escritura sencilla,
despojada, llana y sobria, está cargada de humanidad y de un fuerte sentido
ético.
Lamentablemente, las nuevas generaciones apenas leen
a Delibes. Hoy, diez años después de su muerte, es uno de los grandes olvidados
y muchas veces su presencia se queda reducida a una pincelada. Las razones
pueden ser varias, aunque, en resumidas cuentas, probablemente no les interese.
Su mundo, sometido al constante y relampagueante bombardeo audiovisual, apenas deja espacio para la reflexión. Y leer
a Delibes requiere reposo, recogimiento y gusto por la palabra escrita.
Hace años, El camino era un libro para adolescentes, pero hoy los jóvenes lo
sienten muy lejano. Quizá tendríamos que hacer el esfuerzo de volver a
redescubrirlo en nuestras aulas.
Solo queda terminar con algunas palabras del autor
que sirvan como semblanza: “La novela es un intento de exploración del corazón
humano a partir de una idea que es casi siempre la misma contada con diferente
entorno“; o esta otra: “En la literatura nada hay más difícil que la sencillez”;
o esta: “Lo que importa en un hombre son sus ideas, más que sus palabras; su
sinceridad, más que sus contradicciones”. Así era Delibes.
Ojalá que su voz no caiga en el olvido. Leer o releer
algunos de sus libros es la mayor muestra de homenaje que le podemos hacer.
Carlota Cuesta Gallardo
¿Has leído algún libro de Miguel Delibes? Deja tu comentario más abajo
¡Gran homenaje Carlota! Tus palabras nos han servido de inspiración y en la actuación de Recas hemos hecho el primer dictado del día, con las alumnas de Competencias Básicas, con un fragmento de El camino.
ResponderEliminarMuchas gracias, Alberto. Este autor genial merece ser recordado. Me alegro mucho de que hayas iniciado tu primer dictado del día con un fragmento de esta obra entrañable y magnífica.
Eliminar