martes, 31 de marzo de 2020

He leído: Fortunata y Jacinta



A propósito del año galdosiano y retomando la profunda admiración que siempre he sentido por Galdós, he vuelto a leer (estoy seguro que ya la había leído en mi etapa escolar) la que es considerada una de sus mejores novelas: Fortunata y Jacinta.
Son muchas las cosas que han refrescado mi admiración por el autor y otras muchas las que he descubierto y me han sorprendido gratamente.
Entre las primeras, está su capacidad de cronista, de periodista que expone hechos sin emitir juicio alguno. Galdós era un profundo observador: observaba a las personas, su comportamiento, sus costumbres, sus carencias, sus defectos y sus virtudes; observaba la ciudad, recipiente pequeño en el que todo se mezcla: la riqueza y la pobreza, la sabiduría y la ignorancia, la excelencia y la bajeza y donde también mezclaron su existencia Fortunata y Jacinta, no como dos extremos de mujeres opuestas, sino, más bien, como dos ejemplos de una sola unidad, la mujer, que sobrevivía en un sistema social injusto. 
Decían los que lo conocieron que Galdós era una persona extremadamente callada y discreta: así nos lo podemos imaginar, verdaderamente, porque discreta es su denuncia a la sociedad, al mal gobierno y al fanatismo religioso.
Quizá sea esa defensa de la mujer una de las cosas que me han sorprendido: Fortunata y Jacinta, a pesar de parecer opuestas y rivales, viven engañadas por el mismo hombre, son víctimas del mismo machismo; viven la misma situación de inferioridad y están unidas por parecidos miedos y obsesiones y, sobre todo, por el anhelo de amor y maternidad en el que, al final, se funden en una maravillosa y reivindicativa sororidad.
¿Quién iba a pensar que un autor del siglo XIX, de bastante éxito y renombre podría reivindicar a la mujer de esta forma?
Otra cosa que me ha sorprendido es su capacidad de observación del devenir social y económico del momento que le tocó vivir,  su análisis certero y que casi raya en la predicción y el vaticinio. En concreto, menciona cómo el mundo de la moda estaba destinado a convertirse en un potente motor económico (¿podía llevar más razón?)

"¡Los trapos, ay! ¿Quién no ve en ellos una de las principales energías de la época presente, tal vez una causa generadora de movimiento y vida? Pensad un poco en lo que representan, en lo que valen, en la riqueza y el ingenio que consagra a producirlos la ciudad más industriosa del mundo y, sin querer, vuestra mente os presentará entre los pliegues de las telas de moda todo nuestro organismo mesocrático, ingente pirámide en cuya cima hay un sombrero de copa; toda la máquina política y administrativa, la deuda pública y los ferrocarriles, el presupuesto y las rentas, el Estado tutelar y el parlamentarismo socialista".
Recordemos que la novela fue publicada en 1887.

Señalar, por último también, mi asombro ante su clarividencia sobre la fragilidad humana y recordar esta otra cita tan adecuada para estos días que nos ha tocado vivir:

"Nosotros hacemos mil disparates y la Naturaleza nos los corrige. Protestamos contra sus lecciones admirables que no entendemos y, cuando queremos que nos obedezca, nos coge y nos estrella, como el mar estrella a los que pretenden gobernarlo"

José Ángel Álvarez C.
Profesor de inglés del CEPA Pedro Gumiel



Benito Pérez Galdós, a pesar de la calidad, cantidad y extensión de su obra literaria que muchos críticos e historiadores han igualado a la de Cervantes, fue relegado a una segunda o tercera  división de la Literatura por la opinión dominante en nuestro país durante décadas. Fue calificado de "costumbrista garbancero" por los literatos acomodados en la España franquista y su velada crítica a la sociedad  conservadora, a las costumbres rancias y al clericalismo absurdo nunca le fue perdonada.

A su muerte, no obstante, el pueblo de Madrid salió a las calles a despedir el cortejo fúnebre como nunca se ha visto hacer en este país con la figura de un escritor.


Todo esto y más aprendimos el pasado 30 de enero, cuando visitamos con alumnos y profesores en la Biblioteca Nacional la exposición "La verdad humana" montada a propósito del centenario de su muerte.



Almudena Grandes, sobre Galdós. Vídeo expuesto en la muestra:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por qué leer a Emilia Pardo Bazán

El 12 de mayo del presente año celebraremos los cien años del fallecimiento de Emilia Pardo Bazán, una mujer excepcional, independiente y ad...